-Aiii amiguiii te morí la polera que vi en Zara ¡¡¡¡¡Es que te juro que este fin de semana mato!!!!Le voy a decir a mi papá que me la compre todo el rato, me voy a ver topísima-
Para qué mentir. Cuando escuché la conversación entre estas dos niñas de pitillos de colores y pelo claro que había estado observando durante largo rato - estaba esperando a alguien- me sentí identificada, y como yo…muchas más, así que no hay sentimiento de culpa. Yo también quería la polera de la última colección otoño invierno que había traído la marca española.
Al final, todos tenemos un poco mallidianos en nuestras vidas. ¡El que no ha pisado nunca un mall y no le ha gustado darse un lujito, que tire la primera piedra! (ojalá envuelta en un vestido Lacoste). No obstante, otra cosa es enviciarse con las idas al susodicho establecimiento y convertirse en un consumista empedernido que necesita de vivir de las comprar para sobrevivir. Aunque pensándolo bien, todos tenemos nuestros pequeños vicios… ¿Eso no es malo o sí?
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Que Le fluYa!