martes, 21 de abril de 2009

La cultura de la caja

La discusión sobre la aproximación de la cultura a la gente no es reciente. Según a última encuesta de Percepción de Calidad de Vida Urbana realizada el 2007 por el INE, el 59% de los chilenos que habita en grandes ciudades -donde en principio está la oferta cultural- declaran que nunca o casi nunca van a eventos culturales, incluyendo el cine.

Pero, ¿es realmente el teatro, el séptimo arte, o los libros la única expresión de "cultura" que tenemos? o ¿será que estamos ante un concepto de élite sobre que debemos entender como tal?

No es difícil identificar otros movimientos culturales que no siempre tienen que ver con lo puramente establecido. Murales, mimos, artesanos, entre otros también pueden ser considerados como muestras de identidad y de crecimiento artístico. ¿No es acaso un graffiti o un stencil una muestra de cultura? Es tan sólo que no siempre son reconocidos como se deben, porque, muchas veces, el acelerado ritmo de la vida no permite detenerse a observar más allá que donde uno pisa para no tropezarse.

Tal como señala Manuel Tironi, sociólogo y Master en Desarrollo Urbano por la P. Universidad Católica de Chile, "preferimos la intimidad del hogar que la incertidumbre de la ciudad". Y esto nos limita a un sólo tipo de cultura: la de la televisión. Porque sin quererlo, hemos depositado nuestro conocimiento en los medios de comunicación y limitado nuestra noción de cultura a una personal y concetrada en un pequeño círculo: nuestro hogar.
La opción no está en que el gobierno acerque a la gente a la cultura a través de creación de museos o teatros, porque de nada sirve su construcción si nadie o pocos van a asistir a las presentaciones. Por el contrario, es necesario buscar las formas de hacer que la cultura sea importante en la vida cotidiana de las personas, para su crecimiento personal e intelectual. Se debe revivir a la cultura, no pasmarla en algún cuadro.

Es por esta razón que no me extraña que en Valparaíso en particular, hayan protestas culturales a la misma noción de cultura actual. Las dos fotografías hablan por sí mismas. Sólo hay que detenerse a observar...

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